La tecnología de los saunas ha experimentado un cambio en los últimos años con la introducción de los saunas de infrarrojos. A diferencia de las tradicionales salas a vapor o saunas finlandeses, este tipo de saunas utilizan un proceso diferente basado en la emisión de luz infrarroja para producir calor. Algunos estudios han sugerido que las sesiones en un sauna infrarrojo pueden ofrecer una serie de beneficios para la salud; sin embargo, también hay ciertos riesgos y posibles efectos secundarios asociados con su uso. En este artículo analizaremos algunos de los principales peligros relacionados con los saunas de infrarrojos.
Altas temperaturas y deshidratación
Al igual que en cualquier sauna tradicional, las temperaturas dentro de una sauna infrarroja pueden alcanzar niveles bastante altos, generalmente entre 38°C y 60°C. Es fundamental ser consciente de esta situación antes de entrar al sauna, ya que estas elevadas temperaturas pueden causar mareos, náuseas, desmayos e incluso quemaduras leves si no se toman las precauciones adecuadas.
Además, el aumento de la temperatura corporal puede causar que nuestro cuerpo pierda más líquidos de lo normal. Para contrarrestar esto, se recomienda beber mucha agua antes, durante y después de estar expuesto al calor, así como limitar el tiempo dedicado a cada sesión.
Presión arterial alta y problemas cardíacos
Otro de los potenciales efectos negativos es el incremento de la presión arterial debido a las fluctuaciones de temperatura. Quienes padecen hipertensión u otros problemas cardíacos deben hablar con su médico antes de utilizar un sauna infrarrojo, ya que podrían estar en mayor riesgo de experimentar complicaciones.
Efectos en la piel y la visión
Una preocupación común relacionada con la exposición a la luz infrarroja es el efecto que esto podría tener en nuestra piel. Aunque algunos estudios han demostrado ciertos beneficios al exponerse a esta clase de luz, el uso prolongado o frecuente podría ser perjudicial para nuestra epidermis, especialmente si el individuo tiene una predisposición a desarrollar algún tipo de cáncer de piel.
Del mismo modo, existe la posibilidad de que la exposición directa y constante a la luz infrarroja pueda dañar nuestros ojos y provocar cataratas u otros problemas de salud ocular. Para evitar esto, se aconseja utilizar gafas protectoras adecuadas durante las sesiones de sauna infrarrojo.
Contaminantes químicos y emisiones electromagnéticas
Al igual que con cualquier producto tecnológico, también existen preocupaciones sobre los materiales utilizados en la construcción de saunas infrarrojas y cómo estos pueden afectar nuestra salud. En particular, hay preocupación por la posible liberación de contaminantes químicos cuando ciertos materiales son expuestos a altas temperaturas. Además, este tipo de saunas produce emisiones electromagnéticas, las cuales han sido relacionadas con diversos trastornos de salud, aunque se necesita más investigación al respecto.
Efectos en el embarazo y lactancia
Una situación específica en la que se debe tener especial precaución es durante el embarazo y lactancia. Las mujeres embarazadas o lactantes deben evitar el uso de saunas infrarrojos, ya que podrían causar hipertermia en su organismo, lo cual sería peligroso tanto para ellas como para sus bebés.
Qué hacer para utilizar un sauna infrarrojo de forma segura
A pesar de estos riesgos potenciales, muchas personas pueden disfrutar de los beneficios de un sauna infrarrojo tomado las precauciones adecuadas. Algunas recomendaciones clave incluyen:
- Llevar a cabo sesiones cortas: Limita el tiempo de exposición al calor, especialmente si eres nuevo en los saunas infrarrojos o tienes alguna condición médica preexistente.
- Hidratarse adecuadamente: Beber mucha agua antes, durante y después de cada sesión ayudará a mantener nuestra temperatura corporal y evitar complicaciones producto de la deshidratación.
- Equipamiento de protección: Usar gafas protectoras adecuadas y prendas de vestir cómodas y ligeras puede contrarrestar muchos de los posibles efectos perjudiciales mencionados anteriormente.
- Consulta a un profesional: Antes de utilizar un sauna infrarrojo, especialmente si padeces alguna enfermedad crónica o tomas medicación, es importante que hables con tu médico para obtener asesoramiento sobre las posibles interacciones y consecuencias para tu salud.
En conclusión, los saunas de infrarrojos pueden ofrecer una alternativa relajante y placentera a los métodos tradicionales; sin embargo, no están exentos de riesgos. Informarse y tomar las precauciones necesarias puede marcar la diferencia entre disfrutar de sus beneficios o padecer sus peligros.