La ansiedad es un trastorno emocional que afecta a millones de personas en todo el mundo y que puede limitar significativamente nuestra calidad de vida. Por eso, aprender cómo reducir la ansiedad es fundamental para disfrutar de un mejor bienestar físico y psicológico. A continuación te compartimos algunas estrategias y técnicas que te ayudarán a combatir este problema.
Estrategias de activación y ejercicio físico para reducir la ansiedad
Mantenerse activo mediante actividades deportivas o ejercicios aeróbicos regulares es una de las mejores maneras de disminuir los síntomas de ansiedad. Realizar actividad física crea cambios positivos en nuestro cerebro y libera endorfinas, las cuales son sustancias químicas del cuerpo asociadas con el bienestar y la felicidad.
- Caminar al menos 30 minutos diarios
- Practicar yoga, pilates o tai chi
- Realizar ejercicios de fuerza y resistencia
- Inscribirse en clases de baile, natación o algún deporte en equipo
Establecer metas realistas y llevar un registro de progreso
Un método efectivo para mantenernos motivados a continuar con nuestras prácticas deportivas es establecer objetivos alcanzables y registrar nuestros avances. Escribir nuestras metas y revisarlas semanalmente nos ayuda a evaluar nuestro progreso y ajustar nuestras actividades en caso de ser necesario. Además, anotar nuestras logros nos proporciona una satisfacción y aumenta nuestra autoestima.
Manejo del estrés para disminuir la ansiedad
Otra medida indispensable en el proceso de reducción de la ansiedad es aprender a manejar adecuadamente el estrés que experimentamos día con día. Existen numerosas técnicas destinadas a este propósito que podemos incorporar fácilmente a nuestras vidas.
- Técnicas de respiración profunda y diafragmática
- Programas de relajación muscular progresiva
- Meditación y mindfulness
- Técnicas de visualización e imaginación guiada
Organizar mejor nuestro tiempo
No hay duda de que un poco de organización puede resultar de gran ayuda para controlar nuestro estrés y por ende la ansiedad. Planificar nuestras tareas diarias y establecer prioridades nos permitirá sentirnos más en control de nuestras vidas y evitar preocupaciones innecesarias.
Modificación de hábitos alimenticios
Nuestra alimentación también tiene un efecto directo sobre nuestros niveles de ansiedad. Por eso, llevar una dieta equilibrada rica en nutrientes fortalece nuestro organismo y mejora nuestra salud mental. Aquí te presentamos algunas sugerencias:
- Reducir o eliminar la ingesta de alimentos procesados y azucarados
- Limitar los niveles de cafeína consumida al día
- Incluir en nuestra dieta alimentos ricos en antioxidantes y vitaminas del grupo B
- Procurar mantener horarios regulares para las comidas
Recursos naturales y suplementos para controlar la ansiedad
Existen varios recursos naturales y suplementos que pueden ayudarnos a disminuir los síntomas de la ansiedad, aunque siempre es recomendable contar con la supervisión médica antes de su uso:
- Aromaterapia: Utilizar aceites esenciales como lavanda, manzanilla o bergamota puede reducir la ansiedad si se aspiran directamente o se añaden a un difusor.
- Suplementos a base de hierbas: productos como valeriana, pasiflora o kava pueden mejorar el sueño y aliviar el nerviosismo.
- Magnesio: Se ha demostrado que este mineral ayuda a disminuir los síntomas de ansiedad en muchas personas.
Llevar una vida social activa y buscar apoyo emocional
Contar con una red de apoyo sólida y compartir nuestras preocupaciones y miedos con amigos, seres queridos o incluso grupos de apoyo puede favorecer significativamente nuestra salud mental.
Además, realizar actividades sociales nos permite salir de nuestra zona de confort, aumentar nuestra autoconfianza y reducir la inseguridad que acompaña a la ansiedad.
Tratamiento profesional para superar la ansiedad
Finalmente, si a pesar de haber intentado varias estrategias no logramos disminuir nuestra ansiedad, es importante considerar acudir a un profesional de la salud mental. Un psicólogo o psiquiatra puede evaluar nuestro caso y brindarnos el tratamiento adecuado para superar este trastorno, ya sea mediante terapia (como la terapia cognitivo-conductual) o en algunos casos con medicamentos.